La Iglesia católica ha recibido muchas críticas a lo prolongado de su historia, desde dentro como desde fuera de ella. Las críticas se dividen principalmente en dos grupos: las que se refieren a aspectos doctrinales, y las que censuran el comportamiento (Vivo o supuesto) de los católicos en su conjunto o en porcentajes de cierta relevancia (sea que vivan de acuerdo con las conocimiento de la Iglesia, sea que actúen en contra de las mismas).
Unción de los enfermos: Con la sagrada unción de los enfermos y con la oración de los presbíteros, toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve.
Designa a las asambleas del pueblo, que mayoritariamente tenían un carácter religioso. Es el término frecuentemente utilizado en el texto helénico del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Altísimo, sobre todo cuando se alcahuetería de la asamblea del Sinaí, en donde el pueblo de Israel recibió la índole y fue constituido por Jehová como su pueblo santo.
Los cambios introducidos en la Iglesia inglesa en tiempos de la Reforma fueron precisamente del carácter ahora descrito. En ese periodo se hicieron alteraciones fundamentales en su constitución jerárquica y en sus reglas dogmáticas. No ha de determinarse aquí quien tenía razón, la Iglesia Católica de la época o la Iglesia Reformada. Es suficiente si demostramos que los cambios que se hicieron afectaban vitalmente a la naturaleza de la sociedad.
, es importante aclarar y hacer énfasis en la dualidad que presenta. Para emprender, se puede Constreñir a la Iglesia bajo una perspectiva de organización social y universal o perfectamente como un sitio físico al que acuden los feligreses a congregarse con regularidad. En este orden de ideas, se pueden establecer los siguientes conceptos:
estará dotado de un nuevo y peculiar sistema de sacrificios; va a ser el reino de la verdad poseída por revelación divina; va a gobernarse por una autoridad que emana del MesíFigura.
La contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había débil a la Iglesia católica. Denota el período de resurgimiento católico desde el pontificado del papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerrilla de los Treinta Abriles, en 1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia católica y evitar el avance de las doctrinas protestantes.
Esto, sin bloqueo, no demuestra que el doctrina sea el culpable, sino meramente que la perversidad humana puede excederse de él. Hasta ahora, here en realidad, está más acullá de ser verdad que las pretensiones de la Iglesia hagan increíble el gobierno, que el caso contrario. Mediante la determinación de los justos límites de la arbitrio de conciencia, son una defensa para el Estado. Donde no se reconoce la autoridad de la Iglesia, cualquier entusiasta puede elevar las extravagancias de su propio capricho a mandato divino, y puede pretender rehusar la autoridad del gobernante civil con el argumento de que debe obedecer a Dios y no a los hombres. La historia de Juan de Leyden y la de muchos otros sedicentes profetas proporcionará ejemplos adecuados. La Iglesia ordena a sus miembros vean en el poder civil al “ministro de Altísimo”, y no justifica nunca la desobediencia, excepto en los raros casos en que el Estado viola abiertamente la índole natural o revelada. (Ver obediencia civil).
En total existen siete sacramentos. Para la Iglesia católica, estos sacramentos constituyen símbolos eficaces de la Agudeza de Jehová, establecidos directamente por Cristo y cuya Agencia fue confiada a la Iglesia. Mediante estos signos se dispensa la vida divina para aquellos que se acercan a recibirlos con la disposición adecuada.
Es interesante destacar que la noción de iglesia se utilizaba en Atenas para hacer referencia a la reunión de los ciudadanos a fin de considerar cuestiones de índole política. Y Santo Pablo la tomó luego para denominar a la congregación de creyentes cristianos.
Nadie es capaz de ejercitar autoridad con tal finalidad, aparte que el poder le sea comunicado de una fuente divina. El caso es completamente diferente si a la sociedad civil se refiere. Aquí el fin no es sobrenatural, sino el bienestar temporal de los ciudadanos. No puede decirse que se requieran unas dotes especiales para hacer a cualquier clase de hombres capaz de instalarse el puesto de gobernantes y guíGanador. De ahí que la Iglesia apruebe igualmente todas las formas de gobierno civil que estén en consonancia con el principio de Equidad. El poder ejercido por la Iglesia mediante el sacrificio y el sacramento (potestas ordinis) cae fuera del tema presente. Aquí nos proponemos considerar brevemente la naturaleza de la autoridad de la Iglesia en su función (1) de enseñar (potestas magisterii) y (2) de gobierno (potestas jurisdictionis).
Los autores cristianos usan la palabra Ecclesia con el significado la Iglesia a veces en sentido más amplio, a veces en sentido más restringido.
Pues las sociedades que llamamos Iglesias existen como encarnación de unos ciertos dogmas sobrenaturales y de un principio de gobierno calificado divinamente. Luego, cuando las verdades previamente presentadas como de Convicción son rechazadas, y el principio de gobierno considerado Venerable se repudia, hay una ruptura de la continuidad, y se constituye una nueva Iglesia. En esto la continuidad de una Iglesia difiere de la de una nación. La continuidad nacional es independiente de las formas de gobierno y de las creencias. Una nación es un conjunto de familias, y en cuanto que estas familias constituyen un organismo social autosuficiente, permanece la misma nación, cualquiera que sea la forma de gobierno. La continuidad de una Iglesia depende esencialmente de su gobierno y creencias.
La descripción previo sobre la Iglesia y el principio de autoridad por el que se gobierna nos capacita para determinar quienes son miembros de la Iglesia y quienes no. La pertenencia de la que hablamos, es la incorporación al cuerpo visible de Cristo.